sábado, 27 de febrero de 2016

Remedios para la displasia cervical

Remedios para la displasia cervical               Muchas mujeres nos han manifestado su preocupación, ya que se le han detectado displasia cervical y nos preguntan si existen remedios caseros y naturales para combatirlo.Para dar una respuesta a esta inquietud, es importante explicar, primeramente, que el cuello uterino es una parte del sistema reproductor femenino situada en el extremo inferior del útero.

El cuello uterino (o cérvix) sirve como conducto de paso entre el útero y la vagina. Cuando una mujer está embarazada el cérvix se cierra herméticamente para albergar al feto en desarrollo en el interior del útero. Durante el parto, el cérvix se expande para permitir que el niño pase a través de él. Cuando una mujer no está embarazada, la mucosa del útero se elimina a través del cérvix cada mes durante el ciclo menstrual.
El cérvix también segrega moco durante la ovulación, que ayuda a la fertilización del óvulo por los espermatozoides. Las mujeres pueden tocarse el cérvix deslizando un dedo hacia la parte posterior de la vagina. El cérvix se parece a un montículo pequeño con una depresión central.
El cérvix contiene dos tipos de células. La parte externa del cérvix situada cerca de la vagina está cubierta por células epiteliales escamosas. El canal del cérvix está recubierto por células epiteliales que segregan moco durante la ovulación. El límite entre estos dos tipos de células se denomina zona de transición, que cambia de forma y de posición con la edad. El médico debe examinar con detalle la zona de transición para detectar problemas en ambos tipos de células.
La displasia cervical se produce cuando las células del cérvix tienen anomalías. Este trastorno se denomina técnicamente neoplasia intraepitelial cervical o lesiones intraepiteliales, dependiendo de las células afectadas. El cérvix también puede padecer otros problemas, como cervicitis (inflamación), enfermedades de transmisión sexual, infecciones y cáncer (la displasia es un precursor del cáncer).
Los dos factores que suponen un mayor riesgo de displasia cervical son el consumo de tabaco y la conducta sexual. La displasia cervical es dos o tres veces más probable en mujeres que fuman. En un estudio reciente se ha demostrado que el riesgo de displasia aumenta en relación directa con el número de cigarrillos que fuma una mujer cada día. La nicotina, una toxina presente en el humo del tabaco, puede encontrarse en las células cervicales de las     La conducta sexual es otro factor de riesgo importante. Algunos estudios han demostrado que la presencia de enfermedades de transmisión sexual se correlaciona fuertemente con la displasia cervical.
Las mujeres portadoras del papilomavirus humano, que produce las verrugas genitales, tienen displasia cervical con más frecuencia. Se cree que otras enfermedades de transmisión sexual pueden influir también en la displasia cervical, entre ellas el herpes genital, la hepatitis B y C y el sida.
Las conductas de riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y displasia cervical son tener muchas parejas sexuales, practicar relaciones sexuales de forma muy precoz y mantenerlas sin protección.
Otros factores que influyen en el desarrollo de la displasia cervical son el empleo durante mucho tiempo de anovulatorios, el uso de medicamentos inmunosupresores y las deficiencias de ácido fólico, vitamina A y vitamina C. La deficiencia de ácido fólico suele asociarse al consumo importante de alcohol. La displasia cervical también se ha observado con mayor frecuencia en mujeres de grupos económicamente deprimidos.
La displasia cervical suele ser asintomática, lo que significa que la mayoría de las mujeres no son avisadas por la aparición de síntomas de que padecen esta enfermedad. Para detectar la displasia cervical, las mujeres deben someterse a pruebas diagnósticas.
El método más frecuente para diagnosticar la displasia cervical es la extensión vaginal y su tinción con la técnica de Papanicolau. Se trata de un procedimiento muy sencillo. El médico introduce una torunda pequeña en la vagina para obtener una pequeña muestra de células cervicales que luego se analizan al microscopio. Las anomalías celulares, o displasia cervical, se pueden clasificar como de baja o elevada intensidad, o numéricamente. Un tipo 1 es normal, un tipo 5 representa un cáncer cervical, y los números intermedios indican una gravedad relativa.
Hay que tener en cuenta que esta prueba no es totalmente exacta. En el 20% o más de los casos la extensión vaginal no detecta problemas. También puede sqbrevalorar la gravedad de las anomalías. De esta forma, si se detecta displasia por primera vez, es necesario repetir la prueba para confirmar el diagnóstico.
Para aumentar la fiabilidad de esta prueba, la mujer no debe lavarse ni emplear tampones durante tres días antes de la misma, ha de evitar las relaciones sexuales durante dos días y debe dejar pasar una semana después de la menstruación o una infección vaginal.
Si la prueba sigue detectando la presencia de displasia cervical, se pueden solicitar otros estudios diagnósticos. Es posible obtener una fotografía del cérvix durante la práctica de la extensión vaginal. La colposcopia es un procedimiento en el que una pequeña cámara permite que el médico pueda visualizar el cérvix y el interior de la vagina.
Si se sospecha la existencia de cáncer o problemas graves después de la colposcopia, se puede obtener una biopsia, analizando tejido procedente de la vagina, el cérvix o el útero. En la biopsia en cono el cirujano extirpa una sección en forma de cono del cérvix para buscar la presencia de células cancerosas. Estas biopsias en cono pueden dar lugar a una cicatrización interna permanente, de forma que las mujeres deben valorar cuidadosamente someterse a esta técnica, especialmente en casos en que la displasia no es grave.
                  

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